En el debate del 22 – 10 Trump haya una grieta para atacar a Biden

Joe Biden, candidato demócrata, se había caracterizado en la campaña presidencial por evitar errores, su estrategia de utilizar la pandemia del Covid-19 para responsabilizar al presidente en funciones por la crisis económica y sanitaria que atraviesa los Estados Unidos, la había permitido limitar su exposición a la opinión pública y ubicarse por encima de Donald Trump en las encuestas.

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Uno de los de los últimos escollos que debía superar era el debate del pasado 22 de octubre con el candidato republicano, según los analistas el debate fue exitoso para Biden, salvo por sus comentarios sobre la industria petrolera, un sector del que dependen una gran cantidad de puestos de trabajos y se considera tiene un peso fundamental en varios estados de la Unión para las elecciones.

Trump le preguntó a su oponente en el camino a la reelección, si cerraría la industria petrolera, a lo que Biden contestó que estaba dispuesto a reconvertirlas, el presidente de inmediato dijo que era una declaración muy fuerte, seguramente se había dado cuenta de la grieta abierta por su rival y que él podía aprovecharla para ganar puntos en la encuestas y mejorar su posición en la intención de voto de los electores.

Trump tiene ahora un as bajo la manga (VER NOTICIAS)

El candidato demócrata intentó argumentar que su objetivo es sustituir al sector del petróleo a largo plazo por el de las energías renovables y en lo inmediato se plantea dejar de subsidiar a la industria petrolera. Sin embargo Trump aprovechó esta coyuntura para explicar a los millones de electores estadounidenses que seguían de cerca el debate que Biden básicamente lo que busca es destruir a la industria petrolera.

Preguntó a los estados petroleros como Texas Pensilvania y Oklahoma, sí se acordarán de esta declaraciones. Por su parte Biden, luego del debate, consciente ya de la grieta que se había abierto, trato de explicar a los medios de comunicación que su estrategia se enfoca en eliminar los subsidios y no con los combustibles fósiles. Sin embargo, los analistas consideran que Trump tiene ahora un as bajo la manga.

El presidente en funciones tendrá en su poder la imagen de Biden afirmando que si cerraría la industria petrolera y podrá utilizarla en lo que resta de campaña, lo que podría tener un gran impacto en los electores de los estados cuya economía depende en un alto porcentaje de la industria petrolera.

Texas es el principal de estos estados, allí Biden había logrado un importante ascenso en las encuestas, a tal punto de poner en riesgo la hegemonía lograda por los republicanos desde hace varias décadas. Los analistas indican además que para un importante sector del electorado el ataque a la industria petrolera es visto como un ataque al éxito económico de los Estados Unidos. Un país cuya cultura está ligada a los autos y a los precios bajos del combustible.

Consideran además, que el ataque a la industria petrolera hecho por Biden puede ser visto como un ataque al sector energético, como la industria del gas natural, decisiva para el estado de Pensilvania, que juega un papel de importancia en las elecciones.