¿Qué diferencias hay entre el agua filtrada y el agua purificada?

Después del oxígeno, el agua es la sustancia más importante para la supervivencia humana. La bebemos, la usamos para cocinar y limpiar; está presente en todos los aspectos vitales de nuestra vida, por lo que es fundamental que tengamos el agua más pura y limpia disponible en todo momento. El agua que llega a nuestros hogares se considera potable, por lo que muchas personas se preguntan si es necesario tratar el agua que sale del grifo antes de consumirla. La respuesta es sencilla: no se puede estar completamente seguro de su nivel de pureza, ya que la composición química del agua puede variar. A menudo contiene sustancias químicas u orgánicas no aptas para el consumo humano. Por esta razón, es común contar con un sistema de tratamiento para que sea lo más limpia y pura posible. Actualmente, hay diversos sistemas para este propósito, pero todos ellos caen dentro de uno de dos tipos esenciales: filtración o purificación.


Filtrar el agua

El agua filtrada es aquella que ha pasado por una o más barreras diseñadas para retener partículas, sedimentos y algunas bacterias y contaminantes. El proceso de filtración puede variar considerablemente, desde los sencillos filtros de carbón utilizados en jarras o filtros domésticos hasta los sistemas de filtración multietapa más complejos. La filtración tiene por objetivo mejorar la calidad y el sabor del agua al reducir los componentes no deseados, pero el grado de purificación depende de la tecnología del filtro y de los contaminantes que puede eliminar.


Tipos de filtros de agua

  • Filtros de carbón activado: son esenciales para eliminar compuestos orgánicos y cloro, y mejorar significativamente el sabor y el olor del agua.
  • Filtros de sedimentos: desempeñan un papel fundamental al filtrar partículas físicas, como suciedad, polvo y óxido, garantizando la claridad del agua.
  • Filtros UV: utilizan la luz ultravioleta como una potente herramienta para eliminar eficazmente bacterias y virus, garantizando aún más la seguridad y pureza del agua.

Purificar el agua

El agua purificada es aquella que ha sido tratada para eliminar sustancias químicas, patógenos e impurezas a un nivel que cumple o supera los estándares establecidos por las autoridades sanitarias. Los procesos de purificación pueden incluir destilación, desionización, ósmosis inversa y otros métodos avanzados. El objetivo es producir el agua más pura y limpia posible, independientemente de su origen.


Procesos de purificación del agua

  • Destilación: consiste en calentar el agua hasta su punto de ebullición y luego enfriar el vapor resultante para convertirlo en agua. Este cambio de fase separa eficazmente el agua de muchas de sus impurezas.
  • Desionización: consiste en la eliminación de iones minerales del agua, incluyendo, iones de sodio, calcio, hierro y cobre, entre otros. Funciona según el principio de intercambio iónico para purificar el agua.
  • Ósmosis inversa: emplea una membrana semipermeable para eliminar hasta el 99 % de los contaminantes disueltos en el agua. Este sistema es eficaz para reducir un amplio espectro de contaminantes, como sales, bacterias y otras partículas.

Agua filtrada vs. agua purificada

La principal diferencia entre el agua filtrada y el agua purificada radica en el nivel de limpieza y los tipos de contaminantes que cada proceso puede eliminar. El agua purificada suele someterse a tratamientos más rigurosos, lo que la hace más segura para el consumo al eliminar un espectro más amplio de impurezas. El agua filtrada, aunque más limpia que el agua del grifo, puede no eliminar todos los contaminantes químicos y microorganismos.